Inquisición
Persecución jurídica de la herejía cristiana
por un tribunla de excepción, instituido por
la Iglesia y que obra en su nombre.
En la inquisición no se aceptaba otra religión
mas que el cristianismo.
Origenes de su establecimiento:
En cuanto al proceso histórico, podemos
constatar que con la llegada de los bárbaros
los reyes recogen el papel del emperador romano
frente a los herejes. Las medidas que los reyes
tomaban contra los herejes de forma particular
eran severísimas. Muchas veces el pueblo era el
que aplicaba la pena.
Cambio de mentalidad:
La evolución del pensamiento de la Iglesia
cambia desde el siglo IV, en el que Lactancio
opina que la religión no se impone por la fuerza,
hasta que en el siglo XII se piensa que las herejías
se persiguen por la fuerza con el destierro o cárcel.
Cruzadas
Las cruzadas para liberar a la Tierra Santa
del dominio
musulmán constituyen el gran momento épico
de la Iglesia medieval.
El acceso de los peregrinos a los lugares sagrados,
los contactos con el Oriente musulmán se habían
vuelto difíciles y peligrosos, sobre todo cuando
el dominio turco sustituyó al árabe, en Siria y Palestina.
Dios lo quiere:
Las fuerzas conjuntas de toda la cristiandad, con el objeto
de liberar Tierra Santa, se concretó gracias al papa Urbano II.
El papa Urbano proclamó la iniciativa de la gran expedición libertadora.
El pueblo respondió con el grito de “¡DIOS LO QUIERE!”.
Liberación de Jerusalén:
Diezmados por la luchas y las enfermedades, alcanzaron
por fin los cruzados las murallas de Jerusalén, en junio de 1099.
Después de 39 días se conquistó la ciudad de Jerusalén,
el 15 de julio de 1099.
Con la victoria de Egipto se constituyó el “Estado cristiano de la Tierra Santa”,
que se confió a Godofredo de Bouillon, quien murió en el año 1100;
para sucederle en el trono su hermano Balduino Bouillon
quien aceptó el título de rey de Jerusalén.
Un monje ardoroso y dos reyes desafortunados:
La segunda cruzada tuvo su origen en la lastimosa derrota
de los cristianos, sufrida el año 1144, cuando cayó Edesa
en manos de Zenki, sultán de Mosul.
Cruzada imperial:
La tercera cruzada fue de Clemente III, mientras el occidente
se hallaba bajo la impresión de una gravísima noticia:
el ejército latino había sido derrotado por el poderoso Saladino,
y Jerusalén había caído en su poder (3 de octubre de 1187).
La cruzada de los venecianos
La cuarta cruzada fue decretada por Inocencio III.
Se había determinado la expedición marítima y la ciudad de
Venecia se compromete a pertrechar las naves mediante una
fuerte compensación monetaria que sería imposible pagar.
El astuto dux Enrique Dandolo, propuso a los cruzados en ves
de pagar debía ayudar a Venecia a dominar la rebelión.
Un extraño rey de Jerusalén:
Inocencio III fue también el promotor de la quinta cruzada.
El emperador Federico II realizó, a su manera una cruzada
usando diplomacia. Consiguió firmar un tratado con el
sultán de Egipto, como compensación Federico
se coronó rey de Jerusalén.
Las Cruzadas del rey santo:
Las dos ultimas cruzadas fueron realizadas por
San Luis IX, pero ambas, la del año 1249
en la que se propuso penetrar en Túnez
tuvieran un final desastroso.